Aquí tienes la prueba del Livan X6 Pro, un SUV compacto que destaca, sobre todo, por su precio: 24.995 euros. No hay nada más barato con el interior que ofrece y esas medidas exteriores en el mercado. El motor de gasolina (etiqueta C) cumple por prestaciones y consumo.
Puede que te suene a chino (nunca mejor dicho), pero el Livan X6 Pro no es un nuevo móvil. Es un SUV compacto cuyas dimensiones son ideales para un uso en ciudad y en tus escapadas de fin de semana. Mide 4,53 metros de largo y 1,72 de alto, entra en el ring de los coches familiares. Solo se vende una versión por 24.995 euros, así que no te vas a tener que devanar los sesos eligiendo motor. Pero de esto, hablaremos luego…
Estéticamente no rompe moldes: su parrilla ofrece un diseño bastante conservador, con unos grupos ópticos afilados con tecnología LED de serie. Las llantas, de 18 pulgadas, tienen un acabado torneado bicolor que casa bien con su propuesta.
En la zaga, la firma lumínica denominada «Skyline» le da continuidad a un conjunto que, en la trasera, ofrece una banda led que une los pilotos, sendos escapes estéticos (no son reales), y un alerón con tercera luz de freno, antena tiburón y barras de techo.

Un interior capaz, pero con detalles mejorables
Entro en el Livan X6 Pro: el acceso y arranque es con la llave en el bolsillo, un buen detalle que tiene su reflejo en un interior que resulta bastante aparente: asientos bitono, con diseño ergonómico, espuma de buena densidad y calefacción (el del conductor tiene regulación eléctrica de seis posiciones, aunque el del pasajero es manual).
Pero hay detalles a mejorar, como la posición de conducción que viene impuesta por un volante que no se regula en profundidad, sólo en altura. Luego hay detalles de calidad muy modestos (como algunos plásticos o el retrovisor interior).
En el salpicadero, me encuentro con tres pantallas flotantes. Dos de 12,3 pulgadas —instrumentación y sistema multimedia— y otra auxiliar de 4,2 pulgadas para los mandos del climatizador. La propuesta convence, aunque esta tercera pantalla está demasiado alejada del conductor y controlarla en marcha no resulta ni fácil ni cómodo.
¿Es compatible con Android Auto y CarPlay? De momento no, pero Livan entrega para subsanar ese error un adaptador para hacerlo inalámbrico.
En cuanto a espacio, no hay muchas quejas: hay espacio para todos, aunque la plaza central de la segunda fila no da mucho (es más estrecha e incómoda que las dos exteriores, aunque eso ocurre en la mayoría de sus rivales). El maletero ofrece 359 litros que pueden ampliarse hasta los 1.200 con los asientos abatidos.
Un motor de gasolina convincente (y etiqueta C)
Bajo el capó, el Livan X6 Pro monta un motor 1.5 TGDI de 174 CV y 290 Nm de par, denominado Thor PowerGen, desarrollado conjuntamente por Geely y Volvo. El bloque es de aluminio, tiene turbo, inyección directa y entrega el par máximo desde solo 2.000 rpm.
Va asociado a una caja automática DCT de 7 marchas con doble embrague, que tarda solo 0,2 segundos en cambiar. En cifras: de 0 a 100 km/h en 9,2 segundos, velocidad máxima de 190 km/h y un consumo medio homologado de 6,8 l/100 km.
Este propulsor no es ningún experimento: ya ha demostrado su fiabilidad en modelos como el Lynk & Co 01. ¿Resultado? Conducción suave, respuesta rápida y un consumo, eso sí, algo más alto de lo que dice la ficha técnica: 8,2.
Al volante: cómodo y sin ambición deportiva
El Livan X6 Pro en marcha no sorprende, pero cumple. Ofrece tres modos: Eco, Confort y Sport. En Confort, la dirección es muy ligera, el cambio sube marchas pronto y la respuesta general del coche te invita a una conducción relajada.
En Sport, la cosa se pone más firme, las marchas entran más tarde y el coche se anima mientras todo se tiñe de rojo (la luz ambiental, claro). Pero la dirección sigue sin decir mucho, con una asistencia excesiva y poca información en tus manos.
El comportamiento no admite muchos calentones por tu parte: la suspensión McPherson delante y multibrazo detrás filtra bien las irregularidades, pero no contiene bien las oscilaciones de la carrocería.
En curvas rápidas se muestra estable, y en ciudad resulta ágil y silencioso, pero en curva lenta el eje delantero tiene a subvirar y se corta de plano tus intenciones de pasartelo bien al volante. Mejor te lo pasas con ritmos más sosegados y deleitándote con un equipamiento que parte de la triple pantalla, el techo panorámico, los asientos calefactados, el climatizador automático, la cámara trasera, apertura sin llave, aviso de fatiga, etc…